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miércoles, 2 de octubre de 2019

EL AMOR DE RAMONA

EL AMOR DE RAMONA
I

Ramona era una mujer de mediana edad, vivía en un pueblo de esos que hoy día
llaman “ mágicos”, a una hora de la cuidad.
Era huérfana de padres, pero estos le habían dejado una carrera y una casa muy
bien ubicada en el centro del pueblo. Trabajaba en las oficinas del municipio, los
viernes salía del trabajo en la tarde e iba a visitar a su amigo Hans el fotógrafo, un
alemán solterón, que llegó hace dos años al pueblo a trabajar, tanto le gustaron las
costumbres, tradiciones y paisajes del lugar, que decidió instalarse, comprar una
casa grande, y rentar las habitaciones sobrantes a gente que iba de paseo los fines
de semana o vacaciones cortas.

Un viernes como de costumbre, salió Ramona de la oficina de tesorería, pasó a
comprar cervezas, botana y se dirigió a casa de Hans, él tenía un jardín pequeño,
amueblado con una mesilla, dos sillas de metal blanco y una sombrilla amarilla.
Estacionó su Chevy azul afuera del zaguán y tocó el claxon.
-¡Ya estoy aquí! gritó Ramona- Hans salió dando pasos largos, le abrió la puerta, le
ayudó con la bolsa y se acomodaron en el jardín.
-¡Ufff! ¡qué calor tengo Hans!, dame una cervecita por favor- Hans abrió dos latas de
victoria,- ¡salud! chocaron las cervezas.
Comenzaron a platicar de lo sucedido en la semana, cuando salió por la puerta Alex.
-!Ahh, mira quien viene, llegó el martes y va a estar por acá unos meses.- dijo Hans
emocionado.- ¡mucho gusto yo soy Ramona! ¿gustas una cerveza?- si gracias,
respondió Alex con complicidad.
Pasaron la tarde los tres platicando, Alex y Ramona se echaban miraditas, Alex
comentó que estaba allí para poder terminar su tesis, que en la ciudad no lograba
concentrarse, que iba a probar en la tranquilidad del lugar para terminarla. -como a
eso de las diez de la noche, ya no se escucha ni un alma, solo los sábados, que es el
día más escandaloso, por así decirlo, comentó Ramona.
Eran las once de la noche, Ramona se despidió de ambos y quedaron de verse el
próximo viernes, no sin antes ofrecer a Alex toda la ayuda que necesitara,
intercambiaron números y partió.
Ramona manejo a su casa no muy lejos de allí, se preparó para dormir, pero no dejó
ni un momento de pensar en Alex, le había gustado como hace mucho no le gustaba
alguien.
La semana transcurrió, sin pena ni gloria, era como las demás, solo que esta vez el
sexto día de la semana, era muy esperado por Ramona.


II
A los ocho días, salió Ramona más contenta que de costumbre, por la emoción de
ver a Alex, compró cerveza, botana y llegó a casa de Hans, tocó el claxon, pero esta
vez no salió Hans, sino Alex;- pásate, hice unas tostadas de salpicón, ¿te gustan?-
¿a poco sabes cocinar? - si, un poco, dijo mientras sacaba de la cocina la comida.
Comieron, bebieron, platicaron, les dio la noche y cuando Ramona se despidió, le dio
un beso en los labios, Alex lo recibió sin incomodarse y le pidió a Ramona que la
llevara al otro día a un lago que estaba a media hora del pueblo, Ramona le dijo que
por supuesto, que pasaba a las diez de la mañana.
A la mañana siguiente, Ramona llena de emoción se levantó, sintiendo en sus labios
aquel beso tibio, y deseando que se repitiera, se alistó y pasó por Alex.
Ya estaba en el zaguán esperándola, subió al auto y marcharon, por la carretera,
divisaban lugares hermosos, llenos de arboledas, bajo un cielo azul y limpio.
Llegaron al río, Alex llevó la comida que había sobrado del día anterior, agua,
cerveza, platos y un mantel.
El sol brillaba con intensidad, se quitaron los zapatos, sintieron el pasto fresco,
mojaron sus pies en el agua fría del río, juguetearon a salpicarse sacando y metiendo
los pies del agua, hasta que Ramona perdió el equilibrio y cayó en el césped,
queriéndose sujetar de Alex, le jaló y cayó sobre ella quedando frente a frente, Alex
se acercó más y la besó, con su lengua rozó sus labios, bajó por su cuello
lentamente, desabotonó su blusa, Ramona sintió calor, un calor que surgía de su
vientre recorriéndola toda, inerme ante las caricias de Alex, se dejó llevar por el
deseo; se amaron, solo se escuchaban los gemidos suaves, repetidos y el trinar de
las aves…
Desde ese día comenzaron a salir, teniendo una relación oculta, Alex no quería que
nadie se enterara, así que entre semana estaba en casa de Hans, y si necesitaba
algún favor él era quien le auxiliaba, los viernes convivían los tres, y el sábado, se
iban desde bien temprano al lago, Ramona llevaba la casa de campaña, se
quedaban allí y regresaban hasta el domingo en la tarde, antes de que se ocultara el
sol. Transcurrieron los meses hasta llegar a cinco, Ramona cada vez más
enamorada de Alex, imaginaba la vida a su lado, incluso pensó en mudarse a la
ciudad, alquilar un apartamento, solicitar en el trabajo la trasladaran allá, así cuando
Alex tuviera que irse, ella estaría ya instalada, y se amarían sin tener que verse a
escondidas.

III

Un viernes llegó Ramona a casa de Hans, antes pasó a hacer la compra de
costumbre, tocó el claxon una vez, dos veces, tres veces, nadie salía, de pronto salió
una chica, una inquilina que le dijo que no estaba nadie, solo ella, que Hans y Alex se
habían ido desde la madrugada a tomar fotografías. Ramona le marcó a Hans, luego
a Alex, no le avisaron que saldrían, no contestaron.
Marchó a casa y volvió a intentar sin tener éxito, esperó intrigada, hasta que sonó su
celular. -hola, no pudimos contestarte, no había señal, vamos llegando, tenía que
tomar fotos para meterlas a un concurso, necesitaba ayuda y me llevé a Alex, nos
fuimos antes del amanecer, para tener mejores tomas, dijo Hans. -perdón Ramoncita,
por no avisarte, ¿me perdonas?, ¿si?,-esta bien, pero no lo vuelvas a hacer, estaba
preocupada-. Hans y Ramona se conocieron en una fiesta del pueblo, era un viernes,
él le pidió a Ramona que se dejara tomar fotos, en los juegos de la feria, ella aceptó,
a cambio él la invitó a cenar, desde entonces su amistad sería para siempre y los
viernes su día.

Ramona llegó el sábado por Alex en la mañana, salió y le dijo que se sentía mal que
no podría ir con ella, Ramona le ofreció ir al médico, Alex dijo que no, que lo pasaría
en reposo, que en un par de días estaría mejor. Ramona regresó a casa
decepcionada, no le creyó a Alex, pues se le veía bien, por la noche llamó para ver
cómo se encontraba, pero no contestó.
Llamó al otro día, al otro, al otro, no hubo respuesta, se dirigió a casa de Hans, salió
este y le dijo que Alex se había marchado a la ciudad a ver a sus padres, que no
sabía cuando iba a regresar, Ramona desconcertada, no se atrevió a preguntar más,
pues no quería que Hans sospechara que tenían algo.
Pasó más de un mes, Alex no contestaba llamadas ni mensajes, Ramona deprimida,
se preguntaba qué había pasado, ella tampoco contestaba las llamadas de Hans,
hasta que Hans llegó a su casa y le pidió explicaciones por no querer verlo, también
él se preguntaba que había hecho para que Ramona no quisiera verle.
Ramona puso pretextos de trabajo, le invitó un café y platicaron de cualquier cosa.
A las dos semanas, timbró un mensaje ¡era de Alex! emocionada lo abrió y leyó:
-Perdóname por irme así, sin explicación, sin despedirme,
pero yo no puedo, ni debo estar contigo, créeme que “TE AMO”
te escribo porque no tengo el valor de hacerlo de frente
pero..me caso el sábado, por favor ya no me escribas y no me llames
es mejor así-.

Ramona, no podía creer lo que sus ojos leían, ¿por qué me engañó? ¿qué le hice,
por qué si me ama se va a casar?, hecha un mar de llanto lloró hasta el amanecer,
leía y releía el mensaje, se quedó dormida, al despertar corrió a casa de Hans y le
pidió la dirección de Alex. Hans campechanamente, le dijo que si la quería para ir a la
boda que no había necesidad, él también estaba invitado y que se podrían ir juntos.-
¿Tú sabías que se iba a casar? - si,- ¿tú no?- de hecho se fue a la ciudad para
terminar algunos detalles de la boda, Ramona se quedó pasmada, sin saber que
decir, solo contestó- está bien, paso por ti a las ocho de la mañana, adiós.
Ramona pasó del llanto al enojo, rompió platos, pateo puertas y decidió no perdonar.
Enfrentaría a Alex en la iglesia. El sábado, sin arreglarse demasiado pasó por Hans,
él ya estaba listo esperándola, subió al Chevy y partieron, Ramona iba como si fuera
a un funeral, Hans contento le cambiaba a las estaciones de radio, le hacía la platica,
pero ella solo contestaba monosílabos, estando ya en la ciudad, él quiso comer algo,
ella solo café, Hans la notaba muy rara, molesta, pero no había manera de que ella le
dijera el motivo de su actitud. En la iglesia, los invitados comenzaron a llegar, ella
trataba de adivinar quienes eran de la familia de Alex, pero como saberlo, Alex jamás
se los presentó ni en foto, solo sabía que tenía dos hermanos mayores.

De pronto, se estacionó una limusina, los novios habían llegado juntos, al ver
Ramona el auto, rápidamente se acercó a la puerta de este, el chófer salió y les abrió
la puerta, bajó el novio primero, enseguida la novia, los familiares también fueron
hacia el auto, cuando Ramona gritó- ¡Alex!- volteó y se encontró con los ojos de
Ramona llenos de rencor, a punto del llanto, y le dijo:- ¡no te puedes casar!- Hans la
tomó del brazo, -¿qué te pasa?- sin hacer caso a Hans, dio un paso hacía Alex- ¡tú
me amas! díselo-. Alex sin saber que hacer se puso las manos en la cara y dijo:- ¡no
me puedo casar!-¡ Alex, Alejandra, no puedes hacernos esto!, ¿quién es esta mujer y
por qué dice que la amas? ¿qué significa esto Alejandra?- dijo el padre de ella.
Alejandra sin quitarse las manos de la cara y llorando, seguía diciendo -¡no me
puedo casar!,¡no me puedo casar!. Rodrigo, el novio, sorprendido y enojado, no
podía creer lo que estaba pasando y comenzó a cuestionar a Alejandra, los padres
de este, molestos miraban con odio a la chica, y trataban de consolar a su hijo;
Ramona metiéndose entre los padres de Alejandra, alcanzó a tocar su brazo y dijo:-
¡vámonos! vente conmigo, yo te amo-. Alejandra limpió sus lágrimas, respiró
profundamente y respondió:- ¡no me puedo casar! pero no es por ti Ramona-,
¿entonces, por qué?- hubo un silencio total, con miradas inquisidoras fijas en
Alejandra, por fin respondió: -no me puedo casar porque ¡ESTOY EMBARAZADA! -
gritó -¿de quién? - preguntaron Rodrigo, Ramona y los padres de los novios, al
unísono. DE…HANS.



Xochitl Albarrán Molina.


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