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miércoles, 30 de marzo de 2016

LA SUBLEVACIÓN TARDIA

Por: Carlos Javier Ramírez Valdés

La inquietud de sublevación contra el gobierno que presenta actualmente el pueblo mexicano, no es un síntoma ajeno a la historia de Latinoamérica.

En la segunda mitad y hasta los años 90s del siglo XX en Latinoamérica surgió un fenómeno cultural, político y social a lo largo del territorio. Países como Argentina, Chile, Republica Dominicana, Cuba y por supuesto México sufrieron cambios políticos drásticamente agresivos. El fantasma de la opresión de la monarquía europea que algún día domino el territorio Latino Americano, estaba de vuelta, solo que con una careta de dictadura nacional.
En la Argentina de los años 30s el militar Uriburu, estableció la primera dictadura fascista en el continente censurando todas las garantías individuales llevando a la Argentina a un estado de sitio. Citando a Aristóteles Uriburu argumentaba: “La democracia la definió Aristóteles diciendo que era el gobierno de los más ejercitados por los mejores” Uriburu corrompió la democracia y el sufragio, instaurando el primer régimen militar de Argentina gracias a un golpe de estado. Este primer suceso desato en Argentina una serie de dictaduras que culminarían con la así denominada  “Proceso de Reorganización Nacional”.  Tras el derrocamiento del gobierno peronista con el golpe de estado en 1976, Argentina sufrió crímenes de lesa humanidad como: desapariciones, tortura, muertes atroces y la desaparición arrebatada a sus madres de niños recién nacidos. Tras el lema “Dios, Patria y Hogar” la dictadura militar hizo quemar montañas de libros que contradecían estatutos católicos y posibles argumentos liberales contra el régimen. En 1983, tras derrotas militares (la guerra de las Malvinas), y una sublevación del pueblo argentino; la junta militar de la dictadura encabezada en ese momento por Bignone se vio obligada a terminar el régimen convocando a elecciones democráticas.
No es extraordinario el caso del régimen militar en Chile y la dictadura de Augusto Pinochet en 1973. Tras el golpe de estado en contra del gobierno legitimo del presidente Salvador Allende; al igual que en la Argentina se cometieron grandes violaciones y feroces represiones contra los opositores del régimen que tenían principalmente un ideal marxista. Después de varios conflictos políticos y militares, incluso con otras dictaduras (Argentina) comenzaba una nueva década bajo el feroz brazo de Pinochet. En 1980 el subterráneo e ilegal Partido Comunista, resurge de las sombras de la clandestinidad para llamar al pueblo chileno a una sublevación contra Pinochet, una sublevación incluso que contemplaba un movimiento armado. Años posteriores empezó la denominada “Operación Retorno”, que contemplaba un plan para traer de nuevo a territorio chileno a exiliados que se unieran a los movimientos paramilitares. En 1984 por vez primera el pueblo chileno protesta abiertamente contra Pinochet. En 1988 se logra que los partidos de oposición lancen una severa campaña con el estandarte del “NO” en respuesta a la campaña de Pinochet “SI”; sin duda un síntoma de la caída inevitable del régimen. Tras una victoria del “NO” (que obligaba a Pinochet a convocar elecciones) con una victoria monumental del mas del 90% de votos a favor, el régimen militar no tiene otra salida que un inminente retorno a la democracia. Así la dictadura militar de Pinochet vería su fin con un gobierno democrático naciente en 1990.
Podría hacer un análisis de cada dictadura y la sublevación del pueblo por derrocarla. Los países ya antes mencionados y algunos otros como: Bolivia y la dictadura de Banzer, Brasil con Geisel, Paraguay, Uruguay, etc. Todos estos tienen en común su dictadura primordialmente militar y la sublevación del pueblo, que por consecuencia comúnmente trae una democracia.      

 Latinoamérica es un pueblo que incluso en los cimientos de su religión (en la mayoría católica) se gestó una sublevación. La Teología de la Liberación es una batalla contra las injusticias, que busca una igualdad desde los cimientos básicos del cristianismo. Una teología original, fuera de la compresión de la ortodoxia de Roma y del imperialismo que es la iglesia. Una teología pobre, que busca evitar que las injusticias dentro y fuera de la iglesia azoten a la población de una región necesitada de identidad, Hispanoamérica.

 Pero dejemos detrás el preámbulo latinoamericanista que solo denota la necesidad de justicia e identidad de un pueblo subyugado desde los inicios del mestizaje.

  A principios del México pos-revolucionario el país se encontraba en una crisis de severa identidad, orden y sistemas que llegaran a prometernos un horizonte más allá de indios desnudos con machetes y caciques con promesas de una institucionalización de la mediocre revolución. De este modo los primeros vanguardistas nacionales surgen, el joven mexicano que en un primer momento se dejo seducir por el positivismo de Gabino Barreda se subleva en contra de las ideas del porfirismo y se lanzan en armas como lo hicieron los bandidos y los indios.    

 El año de 1917 no solo culmino con la creación de una Constitución; sino que además trajo consigo la imagen, o mejor dicho la ilusión de una guerra con sentido, justa y lo peor de todo con un objetivo cumplido. Los hombres justos y honestos que pelearon en aras de la libertad, solo se dejaron llevar como describe Mariano Azuela, por el maldito torbellino de la revolución que arrastró con todo y dejó todo patas arriba.

  Por lo anterior era inevitable que la crisis económica alcanzara al país recién nacido. La revolución industrial y el inevitable crecimiento económico de los pueblos sajones sin duda ponían al país mexicano como una tierra de vacas y pulque.

   No obstante lo anterior, el ideario igualitario de una democracia mexicana se veía altamente flagelada por asesinatos concurrentes de los máximos mandatarios de este país y por si fuera poco el nacimiento de los que algunos llamaron la “Dictadura Perfecta”.  Cuando Cárdenas puso punto y final al así llamado “maximato” la creación de empresas que pertenecían al Estado se disparo; En la década paternalista del Gral. Se alcanzo la gran suma de más de 250 empresas de diferente índole que le pertenecían al Estado Mexicano, entre ellas BIMEX, NACOBRE, PEMEX, etc. La industrialización más grande después de la que trajo consigo Porfirio Díaz tocaba nuestra puerta. La repartición agraria, el voto de la mujer, el milagro mexicano tuvieron como consecuencia que la gente comenzara a migrar a las ciudades y por consiguiente que la “Clase Media” creciera de sobre manera. 
 El poder político del país, sabía controlar de manera muy eficaz cualquier vestigio de sublevación y de irrupción o mejor dicho de transgresión hacia el sistema que implementó el PRI. La única realidad desde mi percepción es que cuando el estudiante inmerso en ideas de corte izquierdista, y no solo el estudiante; sino el obrero, el campesino, y el sector burócrata de un país, no tiene nada mejor que hacer, propone una lucha estúpida que resulta en una tragedia nacional.
         De este modo alcanzó al México de los años 60’s la euforia colectiva de la revolución cubana, el estandarte o símbolo del Che Guevara, las ideas comunistas posteriores a la guerra fría, el existencialismo francés principalmente el existencialismo ateo de Jean-Paul Sartre y por ende, las movilizaciones estudiantiles de 1968 que tuvieron su seno en Francia.

          El 2 de Octubre del año de 1968, después de aproximadamente  un mes de movilizaciones de sindicatos y estudiantes mexicanos, en la plaza de las tres culturas en la “Muy Moderna” unidad habitacional de Tlatelolco se dejaron oír los disparos de ametralladoras que acabaron con la vida de un sin número de estudiantes principalmente. Lo que sucedería años después era obvio, la inercia del movimiento del 68 cerró su capítulo de intento de sublevación en la ancestral calzada México-Tacuba el año de 1971.

            No obstante que el presente de aquellos ayeres revolucionarios se encontraba inmerso en la conciencia colectiva del pueblo mexicano, los intentos fallidos por terminar con el caciquismo y la institucionalización, no sólo de la revolución sino también de la corrupción no tenían futuro porvenir. El presidente de la Madrid había comenzado los tratados y las políticas reformistas para darle paso al inminente neoliberalismo.

            A finales de la década de los 80’s el país se colapsaría con el fraude electoral que sufrió el candidato del recién nacido PRD. Salinas de Gortari tomaría las riendas de un país devastado anímicamente y una economía sesgada y a punto de un colapso. Con el nuevo presidente de la republica las políticas neoliberales se dejan ver en todo su esplendor; el tratado del TLC con Canadá y Estados Unidos, la promulgación oficial de la libertad de culto y la restauración de las amistáis diplomáticas con el Vaticano. Salinas sabía jugar muy bien a la política interna, la estabilidad del país sólo era una pantalla para ocultar la terrible implementación de las nuevas políticas maquiavélicas que habían planeado los estadounidenses.

            Pero no obstante el país seguía sumergido en el terror que genera el cambio, el pueblo mexicano estaba inmerso desde sus cimientos en las prácticas partidistas y un levantamiento en contra del gobierno se veía distante; pero no tardaría mucho en cambiar el horizonte del futuro nacional. En el año de 1994 el país trazara un nuevo rumbo definitivo: el nacimiento del movimiento armado denominado EZLN y el inicio del sexenio de Ernesto Zedillo marcaran el rumbo del país.

       El EZLN por su parte promovía los derechos indígenas y demandaba las injusticias de las que eran víctima no solo los indígenas, sino una gran mayoría de ciudadanos mexicanos. El pueblo apoyaba el movimiento de Marcos, no obstante lo anterior la Teología de la Liberación cobraba más fuerza que nunca en Latinoamérica; el país se estaba levantando, los jóvenes proponían huelgas estudiantiles y el sector obrero demandaba a su vez la misma petición. Por otra parte, pero no ajeno a lo anterior la economía gozaba de una nueva estabilidad, México y la clase media del país se encontraban en uno de sus mejores momentos desde hacía ya décadas. Y al igual que sucedió décadas atrás la gente sin hambre, sin preocupaciones económicas tenia sed de cambio, quería luchar, quería sublevarse. Inteligentemente el gobierno que ya era del todo neoliberal adopto la máscara y vulgar falacia que es la democracia para apaciguar las aguas. Una vez más el gobierno y todo lo que este conlleva había podido suprimir los intentos de rebelión solo que ahora sin sangre, pero cediendo el poder. Así Vicente Fox llego a la presidencia para iniciar el nuevo mileno con un sinfín de promesas de cambios, nuevas libertades, nuevos horizontes de expresión se veían venir. El primer sexenio democrático del país pasó sin generar cambios substanciales; Calderón y sus políticas en contra del crimen organizado  dejaron al país sedientos nuevamente de  "PRI".

         Los países latinoamericanos supieron levantarse, luchar, sangrar y sufrir en momentos claves de su historia nacional; la sublevación en contra de las dictaduras se dieron en los momentos indicados: Trujillo, Pinochet, Videla, Banzer, Torrijos, e incluso el Vaticano y su estructura imperialista sucumbieron en contra de los Teólogos de la Liberación y un pueblo que supo vivir el momento de frenesí libertador de América Latina.
            Latinoamérica ha sufrido los excesos de la codicia del poder; la corrupción. Los países latinoamericanos han sido víctima del ultraje de la ignorancia y de la estúpida idea de no poderse despojar de sus raíces mestizas. Pero es aun mas grave el caso de México, que desde sus cimientos ha sido un pueblo al que se le ha vedado una verdadera sublevación, México jamás ha logrado superar los fantasmas de la independencia y la revolución. Caso contrario el que se puede notar en los países latinoamericanos liberados por sangre propia del yugo de la dictadura, que fueron capaces de contrarrestar el sistema opresor (esto no quiere decir que su horizonte político, económico y social sea mejor que el nuestro), a México se le ha negado la verdadera liberación de su estirpe. Lo peor es que si la sublevación ha sido tardía no es cuestión de un verdugo con excesiva fuerza; por el contrario si México no se ha liberado es por la mediocridad y lo nefasto de su estirpe, su gente mediocre e ignorante, el pueblo de esta región pretende ganar las luchas por su libertad de arquetipos desgastados por la historia como: los españoles, Porfirio Díaz y el PRI.  Pareciese  pues, con desagrado, que el partido si está destinado a estar en el poder “por siempre y para siempre”.   

Carlos Javier Ramírez Valdés

 

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