FRASES
DE UN COMBATIENTE De Magno Rodríguez Grullon
No he construido el mar con sus
murallas de arenas amontonadas,
Ni la agreste espuela del Sol hincada con furia
En la membrana oscura de la tierra,
Ni la fosforescencia intensa de los insectos levitados
En las insólitas burbujas del ámbar.
No he construido esa imprescindible célula germinal,
Ni la queja ululante del viento
En las desérticas planicies del alma,
Pero he despertado con el sueño retenido en las pupilas,
Con los puños insostenibles de la ardiente llama crepitante
He despertado con múltiples palabras enredadas,
Con las escenas más recónditas
De los incomprendidos seres contrariados;
Y aquí estoy, entre las cosas que se comunicaron con los astros,
Que se despedazaron con el hombre,
Que se ataron con la cobardía de las cuerdas enajenadas.
No he construido esas espirales de piedra,
Ni esos ritos atávicos, inicuos y culpables,
Ni esos constreñidos discursos gangrenarios,
Ni esas íntimas, desesperadas plegarias de las chozas.
Llegué inadvertido para hacer las canciones nuevas, las sendas nuevas,
La raza de miel y de purificado gesto,
Para agrupar las rosas y las voces
En las manos infalibles de la espera.
No he construido ni esos surcos, ni esos muros,
Pero voy a edificar la simiente en el sedimento salino,
En la ventisca intimidante de las estrellas cercenadas;
Y voy a resurgir sin odios, ni diatribas,
Y mi esperma fecundará los pétalos mustios de la flor,
Y un poderoso rayo de sol,
Desterrará el pasado tenebroso de los abismos.
Ni la agreste espuela del Sol hincada con furia
En la membrana oscura de la tierra,
Ni la fosforescencia intensa de los insectos levitados
En las insólitas burbujas del ámbar.
No he construido esa imprescindible célula germinal,
Ni la queja ululante del viento
En las desérticas planicies del alma,
Pero he despertado con el sueño retenido en las pupilas,
Con los puños insostenibles de la ardiente llama crepitante
He despertado con múltiples palabras enredadas,
Con las escenas más recónditas
De los incomprendidos seres contrariados;
Y aquí estoy, entre las cosas que se comunicaron con los astros,
Que se despedazaron con el hombre,
Que se ataron con la cobardía de las cuerdas enajenadas.
No he construido esas espirales de piedra,
Ni esos ritos atávicos, inicuos y culpables,
Ni esos constreñidos discursos gangrenarios,
Ni esas íntimas, desesperadas plegarias de las chozas.
Llegué inadvertido para hacer las canciones nuevas, las sendas nuevas,
La raza de miel y de purificado gesto,
Para agrupar las rosas y las voces
En las manos infalibles de la espera.
No he construido ni esos surcos, ni esos muros,
Pero voy a edificar la simiente en el sedimento salino,
En la ventisca intimidante de las estrellas cercenadas;
Y voy a resurgir sin odios, ni diatribas,
Y mi esperma fecundará los pétalos mustios de la flor,
Y un poderoso rayo de sol,
Desterrará el pasado tenebroso de los abismos.
Autor:
Magno Rodríguez Grullon.
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