Por Juan Brian Doyle
LA VERDADERA HISTORIA DE NEWTON Y LA MANZANA DE MISS MOORE
— ¿Por qué esas manzanas descienden
siempre perpendicularmente hacia el suelo? —se preguntó Newton mientras disfrutaba de la
sombra bajo el manzano de su jardín.
Isaac Newton pensaba en manzanas mientras a poca distancia, Lilian Moore, una de las personas que trabajaba como servicio doméstico en su hacienda, lavaba ropa en el río. Lilian era una joven apetitosa con una manzana que despertaba las pasiones de casi todos. Digo casi, porque Don Isaac nunca se dio cuenta de que ella existía. Cuando Don Isaac le comentó su idea a su amigo respecto de la fuerza que atraía a las manzanas a la tierra y este no podía sino concentrarse en las curvas de la joven Moore, y la joven no hacía más que sonreírle a su amigo, Newton pensaba que la cuestión era de una gravedad imposible.
–Cuando los cuerpos se atraen, no hay fuerza que pueda mantenerlos separados –le dijo su amigo.
Newton calculó la distancia que separaba a su amigo de Miss Moore y la masa de ambos cuerpos y pensó en las manzanas cayendo. Más alta… más velocidad, más fuerza. Eureka. Para ese momento, Miss Moore recibía a su amigo con gritos y risas mientras este se afanaba por llegar a fondo en el asunto. Don Isaac se fue a su despacho a inmortalizar en papel sus pensamientos.
Con la información que tenemos, podemos decir que Don Isaac sabía mucho,
pero no entendía nada.
Juan Brian Doyle
Escritor, página de Facebook @JuanBrianDoyle
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