RUTINA
Leo el
periódico y me asusto, deambulo por el patio,
piso la grama, aplasto los residuos de la basura.
piso la grama, aplasto los residuos de la basura.
Converso con un albañil que madruga,
me cercioro de sus ojeras exactas,
de su timbrado y vigoroso acento Cibaeño.
Acompañó al crepúsculo hasta la puerta del taller,
palpo el lugar donde cuelga mi bolígrafo,
toso levemente, y me confundo con el humo, con el dióxido de carbono.
palpo el lugar donde cuelga mi bolígrafo,
toso levemente, y me confundo con el humo, con el dióxido de carbono.
Pierdo de vista al balandro que se esfuma en los pliegues del horizonte,
a las aves taciturnas suspendidas en las superficies de las olas.
a las aves taciturnas suspendidas en las superficies de las olas.
Llueve otra vez como ayer, me refugio bajo un paraguas desplegado,
junto a una mujer difusa como una ráfaga de viento.
La calle reventó como siempre sus monotonías, los rostros se agolparon para ver;
nada relevaba la ausencia de los días preteridos.
Autor: Magno
Rodríguez Grullon
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